Jacinto Moreno
  LA LITERATURA
 

Dedicaré esta página para promover, proyectar, publicar e incentivar a las personas que deseen mostrarnos su talento literario, especialmente en los géneros de Cuento y Poesía. A continuación algunos poemas de mi autoría:

ES MI PUEBLO (A Montebonito)

Recóndito entre el filo de los Andes
en anudadas sierras se bislumbra
un montículo abrupto que se expande
entre el río, la selva y la penumbra

Entre la flor del junco y la cañada,
entre el risco, la siembra y la vereda
el cafetal, la caña, la mulada
y el rítmico vaivén de la alameda

Un fragoso camino, la calleja,
la plazuela y el templo portentoso
cercado por doscientas casas viejas
insólito, sutil y misterioso

Es mi pueblo, solaz, cándido y tierno
hijo de los abuelos legendario,
que nació bajo el yugo del invierno
al deshoje veloz del calendario

Cual viejo solitario en la colina
se sumerge en el lago del olvido
Por qué no rescatarlo de sus ruinas?
Lo dejamos morir recién nacido.



DIFÍCIL AMOR MÍO

Contenme en tus entrañas corazón
porque voy a volar pronto bien mío
y a entregar mi razón
difícil corazón

Detened el pasar de los segundos
antes de que vivamos los fecundos
momentos del amor ...

Atajad nuestro tiempo y desafuero
con un intenso beso postrimero
que llore de fervor

Oh! mi imposible amor
veré correr tus huestes penitentes
por miles de razones y mil mentes
Oh! dulce corazón

Sabré que eres feliz, amor del alma
y yo seré feliz sin tu pasión.
Hallaré con mis tiempos y mi calma
mi eterna sinrazón
Mi difícil amor
Oh! bello corazón.

EN LA SELVA

Y rió el pajarraco
Y brincó entre las ramas,
uno idéntico a mi, pero con cola
y luego deslizó por mi cuerpo
una frágil araña; de su cuerda
desprendióse el veneno del infierno
y de serpientes crueles y monstruosas
yo descubrí la ciencia de lo eterno
y vi también lo horrible de las cosas,
la serpiente y la araña, las selvas y la vida
son simientes de antaño y de futuro
son concierto de fusas y tremores
son mostrarios de sol y de cianuro
son figuras de amor y de rencores.
Son el son y no son

TE NECESITO Y TE QUIERO

Porque a la luz de mis ojos
un destello de hermosura
con candidez y ternura
con timidez y sonrojos, 
apareció en mi vereda
con donosura y recreo
y un beso sin regateos
que en las entrañas se queda
robé a sus labios de seda
... te deseo

Porque en largas soledades
siento el dolor de tu ausencia
porque adoro tu frecuencia
y gusto de las verdades
que al alma llenan de gozo.
Porque eres verdad y mito
que a mi ser yerto y contrito
retornara el alborozo
y anulara su sollozo
... te necesito.

Porque te vi en el momento
que mi alma anduvo sin rumbo
y era solo un vagabundo
lejano del sentimiento, 
temeroso de la entrega,
hundido en el lodo fiero
de incesantes desafueros
de dolores y de bregas
y a mi existir nada niegas
... te quiero

Has de saber vida mía
con qué pasión te deseo
y tal cuan llenas mi vida
te necesito y te quiero.

ANGUSTIA

Sin oírte y sin verte recordé mi pasado
solitario, angustioso.

Escucha; quiero hablarte, mi pasado
vi atónito correr por mi memoria
y temí que mi historia
tornaría a ser nívea y helada
plena de soledad, sin ti a mi lado;
que sería fugaz y transitoria
la ilusión de que fueras tú aquel hada
que alivió el corazón acogonjado
del hombre que te quiere.

Mírame; quiero verte, tu presencia
me llena el alma de pasión entera
me impregna del cariño su inocencia
y ante ti el corazón renace y muere
y renace otra vez frente a la espera
de volverte a tener en mi ribera.

Sentí la soledad, sentí la muerte
por solo un día que dejé de verte.

CANCIÓN AL POETA

Una noche cualquiera,
un día de tantos
no sabiendo que muero se desliza implacable
el TIEMPO que me trajo; el TIEMPO que me mata
ese TIEMPO infinito que feliz arrebata
los instantes divinos de mi vida entrañable.

Sus orígenes colman la sapiencia del hombre
quien devana sus sesos y en intentos inicuos,
arrogantes e insulsos, intrigantes y necios
se devanan los sesos ...

Jamás comprenderemos que tenemos un templo
inmortal e indecible en el fondo del alma
y el espíritu simple en momentos de calma
solo puede atinar que la vida es el TIEMPO

"Es el tiempo que corre"; "Es el tiempo que vuela"
"Es el tiempo que todo lo construye"
"es el que hace olvidar", "el que destruye"
"es el juez del amor y el que desvela"

Es el tiempo quien hizo poesía
Es el tiempo quien hizo pensamientos
y ese tiempo es el dueño del momento
en que vino a emerger la vida mía.

Oh Poetas! Oh grandes ilustrados!
nadie ha de superar vuestra sapiencia
porque en el divagar de la consciencia
habeis sido los amos de los hados.

Oh poetas de siempre, felicísimos labios
que habeis muerto de tristes cuando mueren
la natura y la vida; todo aquello que fuere
producto generoso de la voz de "aquel sabio".

Oh poetas de nunca que entendeis de las penas
que añorais los dolores y que amais la tristeza
llevad en la cabeza
lirios rojos con sangre de mis venas.

Oh poetas finitos, solo tienen un verso
Hay poetas eternos, ya tienen dos
Los primeros reniegan en alta voz
Y los otros abrazan el Universo.

Hay poetas de ayer, hay poetas de entonces
y los hubo, los hay y los habrá
y el poeta jamás entenderá
sus profundos dolores y sus goces.

Hay lágrimas que enjugan las quimeras
Hay lágrimas que enjugan tibios y áridos valles
Y en las calles
hay lágrimas postreras
que el poeta asimila con su talle
y las mete hasta el fondo de su alma plañidera
cual vida al árido valle
cual numen a la quimera.

Hay poetas que olvidaron el calor de las auroras
y en cambio van a ponerle color a los sentimientos
los lamentos
navegan en pupilas perdidas en las horas
de un éxtasis postizo que va como los vientos
deshojando el futuro
y a lo lejos
siempre vislumbran sus pedazos viejos
que los llaman sin fin y sin apuro.

Desde el primer poeta hasta el postrero
se han muerto de dolor y han revivido
ante el paraje sórdido y temido
del vivir postrimero.

Poetas que entregasteis los sentidos
vuestro amor y dolor
vuestra gloria y desdicha;
solo visteis la dicha
cuando la pluma abandonó el fervor
de escribir con ardor la fe de tus gemidos.

EN ESTE INSTANTE

En el instante mismo de este verso
hay millones haciendo cada cosa
en forma simultánea o sucesiva
-por suerte evolutiva
o práctica inherente y privativa-
que corresponde al ser a cuya especie
pertenecen los únicos que entienden
(según entiendo)
un instante global de nuestra vida ...
Entre tanto sin fin actividades
que los hombres están ejecutando
me recuerdan que en forma privativa
las realizo también de cuando en cuando.

Multitudes amanecen ...
Cada instante repítese el milagro
del alba sempiterna;
Mil pueblos se levantan con empeño
con el único fin de ser los dueños
del universo eterno e infinito
bajo la luz umbría
mientras en otro oculto meridiano
una turba libando, recordando,
danza al son de algún son o del pecado.

Se enaltece o se enluta porque se nace y muere
se abandona a lo obsceno, ama, solloza y ríe
engendra o asesina, fornica o se suicida,
viola, destruye o grita la insaciedad humana.

La mañana
despierta muchedumbres de cara al sol sonriente
y el hombre explota al hombre o a la tierra arrebata
su generoso fruto
cosechan algunos; los otros consumen
millones producen lo que otros hurtamos
tal como otros hurtan lo que producimos
a la luz del día
en tanto en las sombras de algún meridiano
bajo el tenue influjo de la luz de luna
algo enrarecidas van una por una
noctámbulas vidas tras algo profano.
El vulgo se embriaga, maldice y reniega
por lo que sucede a la gente del día
la gente del día deplora la suerte
de los que se embriagan al rayo de luna.
¡Qué rara ironía!

Cada gentío, cada meridiano
se repiten al giro del planeta
siempre hay día y hay noche
siempre en forma simétrica
y hay millones haciendo cada cosa
en forma simultánea e inherente
al único que entiende y que percibe
la viciosa armonía

Entre tanto los seres y sus cosas
bajo la luz o en sombras realizando
me aseguran que en forma privativa
me repito también de cuando en cuando.

POR ANDAR TAN BAJO

Por andar tan bajo la dulce paloma
Tropezó en la sombra de viejos corceles
se hundió en la penumbra de cruel bocatoma,
naufragó en el lodo de ignotos vergeles.

Por volar tan bajo la pobre gaviota
fue presa inconsulta del viento y el mar
cruzó tempestades con las alas rotas
y en piélago infame cesó su cantar

Por andar tan bajo las lóbregas almas
derrúmbanse en ciclos de humana miseria
y en prácticas viles y ruines y malas
se pierden en ventas y trueques de feria

Las aves suscumben en un raro atajo
do son empujadas por fatalidad
las almas se ufanan de su arduo trabajo
y se hunden al filo de su voluntad
Por andar tan bajo ...

CLAUDIA

Eres bella y audaz, suspicaz y orgullosa;
y en tu belleza guardas las huellas incipientes
de idilios y romances, de fábulas y sueños
en los que fuiste dueña furtiva y sigilosa
de frágiles y fuertes, humildes e impotentes
que de tu amor y vida jamás han sido dueños.

Eres linda y audaz, suspicaz y orgullosa
y en tu osadía has visto y sentido plenamente
lo bello de la vida, momentos halagüeños
y has trasegado rutas, soberbia e impetuosa
donde te hallas después, perdida de repente
obligada a crear de nuevo tus ensueños.

Eres linda, atrevida, suspicaz y orgullosa
y en tu recelo impones un velo impenitente
e ignoras a tu antojo de los demás su empeño
por hallar tu ternura, que escondes cual la rosa
escuda entre sus púas su candor indolente
por temor a encender del corazón un leño..

Eres linda, atrevda, desconfiada, orgullosa
y en tu altivez anida el pasado persistente
repleto de universos y de mundos pequeños.
Eres bella y me gustas, mi osada primorosa,
prevenida y gentil, altiva, inteligente
y a pesar y por eso, yo quise ser tu dueño!

AMIGOS, A ELLOS

"El amor es vil porque tiene de la carne" J.M. Vargas Vila

Sólo, vivíi en las tardes de la vida
y los días enteros;
conocí del amor su poesía
y sus versos de ciego
y supe de la infancia la inocencia,
su sobriedad consciente
la dependencia sísmica, concéntrica
que en todos recayó;
de la angustia del rítmico albedrío
la ansiedad;
del abrir del gollete de la vida
la realidad;
del saber y comprender los mil ensueños
la libertad;
de la eterna corriente imaginaria
de la indemne fresucra de las almas
de la entrega del ser metafísico
de la sinceridad sin intereses
de la verdad abierta, sin insidias
de la ausencia total de los ardides, 
el engaño, la envidia y el dolor,
un sentimiento único:
descubrí la AMISTAD.

MIS LOCURAS

No habrán pasado en vano los albores
para ser tu quimera blanda y loca
para ser de tu ser los mil colores
que en tu lienzo reviven y trastocan

Ni el nadar del delfín ni de la foca
ni el volar de algún cuervo en sus hedores
ni aquella soledad que siempre toca
mis desidias, mis cuitas y clamores

Mis locuras que en vívida ternura
son el arte que esculpe mi figura,
mis anhelos, mis dudas, mis temores;

tus encantos, tus sueños y candores
tus mentiras, tus cuentos y tu altura:
tus miedos que confunden mis amores

TEMO

Yo temo al infinito y al mañana
temo al miedo en sí mismo;
A la luz de la estrella más lejana
y a lo eterno y obscuro del abismo

Temo a la nada indefinible y ciega
que prosigue al instante de mi verso .....
Qué lentamente llega! ...
- Y sigue en mudo giro el Universo.

Temo que nunca este dolor del mundo,
deleznable y fatídico fenezca
y mañana en un lecho moribundo,
solo yo lo padezca.
Temo a la soledad!
Temo perder a quien de veras amo!
temo al silencio y a la oscuridad!

Por eso en mi deliquio yo te llamo
con la inquietud vibrante que me asalta
y te invito conmigo a caminar
a grandes pasos por el corto tramo
de la vida que falta.

SOLEDAD PARA LOS DOS

Amar en lo insondable de la noche;
entregarse al idilio calcitrante;
fundirse en el soñar de la penumbra;
en un cielo inmortal de fiel derroche
de la carne y la piel que arde anhelante
y en su mudo rodar al alma encumbra
hacia el amor total: hacia lo eterno

Solo para los dos: horas aladas,
calor reconfortante en los inviernos
tempestuosos y truncos de la vida;
frescor para las tardes calcinadas,
consuelo en las mañanas afligidas,
compañía en las noches desoladas
y un amor para siempre entre tú y yo !

SUEÑOS !

Qué sueño, qué visión, qué cruel espanto!
qué noche de negruras pavorosas!
todo va en torno a mi desfalleciendo,
todo quiere cubrirse con el manto
de las sombras fatales, tenebrosas.
Todo lo que viniera va partiendo
toda luz que bislumbro desvanece,
toda flor que contemplo se marchita,
cada cosa a mi lado se entristece,
todo al negro infinito precipita.

Cada prado que piso se reseca
cada canto en mi boca es estridente
cada puerta que abro se me cierra
cada cara me hace horribles muecas
cada cosa que toco se resiente,
cada voz, cada faz, todo me aterra!

Cada paso me lleva hacia el calvario
por el torvo camino de lo incierto;
cada instante letal y solitario
me hace presentir que ya estoy muerto;
ya desciendo al vacío imaginario
y envuelto por el pánico, despierto ...!

TÚ EN MI PENSAMIENTO


Por tus fúlgidos ojos de profunda mirada,
por tu bella sonrisa, por tu voz y tu acento
por los cálidos besos de tu boca encantada
- por tus plácidos ojos y tu ardiente mirada
te encuentras en mi mente como eterno momento
como dueña absoluta de mi fiel pensamiento

Por tus lúcidos ojos de candente mirada
que penetran altivos a través de los vientos
Por los rítmicos besos de tu boca impregnada
de violáceos rayos del azul firmamento
Por tus níveos ojos en las tardes heladas
permaneces por siempre con mi fiel pensamiento.

TRISTE

Hoy, porque la tristeza ha sonrojado
los lugares recónditos de mi alma
debes saber amor que ves mi calma
después de muchas horas que he llorado
porque al querer amarte plenamente
con mis sentidos y mi alma enteros,
después de mil momentos placenteros
te vi triste, paseando quedamente
por el mustio camino del reproche.

Te sentí contrariada y afligida, 
vi pasar por tus ojos una herida
que en ellos se insertó desde la noche
en que venciste tu fugaz barrera
que inhibía tu amor y tu deseo
y en mi memoria y mi pasado leo:
me entregaste tu amor por vez primera.

Esa noche fue bella entre las bellas
fue sublime y vivaz, noche sonriente
que en un sueño tornóse de repente
en el llanto inmortal de las estrellas.

Pero el amor perdura si es ingente
y el momento de amar volvió depronto,
aquel que convirtiérase muy pronto
en una parte viva y elocuente
del ebullido y firme sentimiento
que nació de la aurora majestuosa
en el cual tú surgieras impetuosa
para matar mi tedio y sufrimiento.

Yo te imploro perdón porque suscitan
tus tristezas mi pena ineluctable
y siento que de todo soy culpable.

No asesines tu amor, dos almas gritan
que cometes un crimen excecrable
pues los muertos ya nunca resucitan.

INSOMNIO

Oh! qué noche; Qué frío tan intenso!
Imagino, sin fin, un hielo eterno
que se extiende en mi mente cual en lienzo
que al artista inspiró gélido invierno
donde solo yo estoy. Y en todo pienso.
Solo en la inmensidad. Y me consterno.

Estoy cerca del sol y estoy helado
y de níveos rayos me alimento.

La blanquecina alfombra me ha llevado
al límite fatal del firmamento:
Oh! azul que mis visiones ha encumbrado
Oh! cielo melancólico y callado
Oh! turbio mar que llora mi tristeza
Oh! abismo en que desciendo desterrado
Oh! penumbra, que el sol a mi cabeza
cegadora, inclemente le has robado.

Vértigo en el descenso. Fin incierto
Solo siento morir desfallecido;
Ni la nieve, ni el cielo, ni el desierto,
son claros para mi. Me hallo rendido.
Entre tinieblas voy, pálido y yerto
sin anhelos, sin paz, sin fe, sin fuego
y preso del vacío de la angustia.

En nada creo ya, mas, nada niego;
mi alma está marchita, sola y mustia
perdida en el umbral del insosiego.

Oh! vida desdeñosa, cruel e injusta
Oh! tierra indiferente y silenciosa
Oh! dolor, oh tristeza del abismo
Oh! la muerte tan cruenta y cadenciosa.

Mi angustia y el desprecio de mi mismo
solo lo alivia el frío de una fosa!
Oh angustia!.

AQUEL AYER MAÑANA

Yo se que tú has sufrido de duda y desconfianza
y que tu miedo abarca de ayer hasta el futuro
Pero anda, amor, camina con fe y con esperanza
con el amor al frente, tan trémulo y maduro
tan fuerte y tan alegre, tan débil y tan triste
y en todos los momentos sintiendo la añoranza
de aquel hermoso instante que en la memoria existe
en que los tibios besos helaron las entrañas
en que la entrega entera fundiera nuestras almas
en que el amor brotara hasta poder sentirlo
en que el orgullo vano huyera entre la calma
en que entre mil pasiones me besas y me arañas
deseando al instante volver a revivirlo.

TEMPESTAD

Yo se que tú has dudado de nuestro amor a solas
y que el temor te asalta si en el futuro piensas
Yo se que en esas horas de soledad, intensas
emergen de tu pecho, cual místicas las olas
en tromba abrupta elevan las cúspides del mar,
angustias y tristezas que te hacen sollozar!

Yo sé que por las noches de insomnio y desvarío
indubitable pugna se gesta en tu interior:
fustiga tu pasado, te arrastra nuestro amor
y el ser que en tus entrañas guardárate del frío
por ir conmigo temes acaso abandonar
y sé que en tu desvelo tú sueles sollozar!

Pero yo sé también que te amo y que me amas,
que son leves las briznas de duda y de tristeza
que en incipientes horas cautivan tu cabeza,
que te daré el sosiego que ardientemente clamas
y que tenemos toda la vida para amar.
Yo sé que ya conmigo no vas a sollozar!

DOS

Al filo de la tarde solaz y somnolienta
de plácido contraste de luces y de sombras
yacías temerosa tendida en las alfombras
de besos embriagada, feliz, de amor sedienta

Tu piel almibarada, desnuda y sonrojada
por el pudor innato del virginal encanto
cubrióse con la mía, lenóse de mi canto
y emergió la pasión recóndita y alada

Tus dedos temblorosos pulsaron mis caminos
mis lúbricas miradas, mis labios macilentos.
Tus labios recorrieron pacíficos y lentos
por mi mullido cuerpo de enjambres purpurinos

Tu amor como un tesoro por todos codiciado
hallé a través del tiempo, de luces y de sombras
y allí en aquel ayer, tendido en las alfombras
ante tu entrega inerme hallábame extasiado

Yo adoro los momentos de íntima alegría
como ese ayer de ensueño, de amor y de pasiones
cuando fundimos almas y unimos corazones:
Temblaba y era tuyo; temblabas y eras mía.

YO SE QUE EN ESTAS NOCHES

Yo se que en estas noches de soledad austera
undívago, ambulante, insomne y abatido
te he buscado con celo, callado y consumido
por esta incertidumbre terrible de la espera:

En una noche fría, con trémulos latidos
oí que te acercabas cual mi quimera fueras,
mas, solo hallé tus sombra rondando en las afueras
de mi alma confundida y repleta de vacíos

Y era tu sombra triste y era una sombra larga!
Tan triste que sus ojos de místicas ojeras
y lánguida mirada mi ser estremeciera.
Tan larga que irrumpiera en i noche tan amarga!

Tan bella que al mirarla mi mente se extasiara;
era tierna y sutil, era esbelta y altiva,
tenía la huella inerme de la pasión furtiva,
del beso y la caricia, de amores que pasaran

De pronto alguna noche tan lúgubre y oscura
sigilosa, sus pasos midió sobre la alfombra
y huyó sin darme cuenta tu idolatrada sombra
y se llevó con élla su paz y su ternura.

Pero ahí estabas tu; llegóse la mañana
y yo corrí abuscarte, llamé hasta tu consiencia
y sinembargo tú con suma indiferencia
permaneciste allí, tan cerca y lejana!

AMOR

Una zarza inmortal y crepitante
de idílicos fulgores y matices
me abraza el corazón:
Tengo el alma de llamas rebozante,
mi cuerpo ebulle aún en días grises
de abandono ferviente a la pasión.
Y en mi mente el retrato de tu alma
arde sin consumirse en mi razón
y tus ojos pletóricos de calma
como estrellas profiundas de ilusión
iluminan mi noche:
una ráfaga enorme me circunda,
un arrebato puro y sin reproche
mis deseos inunda:
Quiero amarte en silencio ... quedamente;
quiero andar por tu piel cálida y firme
perderme en el abismo de tu fuente
y escalar tus alturas sin rendirme.
Quiero verte brillar en mi presente
y borrar mi pasado
Quiero tenerte el resto de mi vida;
quiero ser de tu vida la Quimera
quiero darte mi hombro flagelado
y sentirte dormida
cual sintiérate lejos de mi vera
para querer estar siempre a tu lado.
Acompáñame amor por el camino 
del vivir peregrino.
Yo no puedo perderte si te amo
y mi amor es eterno como el tiempo;
Si me amas escucha que te llamo
y te invito a vivir al sacro templo
del amor que proclamo.

VIDA

En florido vergel frágil semilla
sembrada con amor, fresca y callada
engendra tibia flor bella y sencilla
cual la rosa preciosa y encantada
que al mundo le entregó de madrugada
una fértil pradera de esta "villa"
Y alí surgió la vida!

Oh! aquel alba feliz, bella mañana
encarnación del alma crepitante
tan trémula, indefensa y susurrante,
de inocencia repleta. Su ventana
no le permite ver las cosas vanas
porque lo enclaustra en su inocencia infante.
Y sonríe la vida!

Ah! el despertar que muerde la consciencia
que sonriendo nos muestra la amargura
y nos safa de férrea atadura
en busca de febril independencia.
Ah! la vida y su sórdida inclemencia
ya nos muestra su trágica figura
Ya se trunca la vida!

Llega el cenit, la madurez impera
viene el amor con su divina huella
la calma y el solaz. La vida es bella!
Dulce venir de fortaleza austera
do se llena el vivir de metas fieras
y se alcanzan la luna y las estrellas
Y se ama la vida!

Más, no existe la uz sin la tiniebla;
no existe la alegría sin el llanto;
no hay escasez si antes no hubo tanto;
no hay cielo azul sin existir la niebla;
sin la muerte la vida no se puebla;
no se puede ser fuerte sin quebranto.
Es la ley de la Vida!

Llega la tarde perezoza y fría
y el ocaso letal ya se bislumbra
tras el ardiente sol del medio día
que al crepúsculo débilmente alumbra;
sobreviene implacable la penumbra,
se agotará del hombre la energía.
Se oscurece la vida!

Es noche ya y en la inefable suerte
se acaricia la infancia tan sentida,
la adolescencia párvula y querida
y se añoira el haber estado fuerte.
Sinembargo es la noche sin salida
y aquel exhausto ser llega a la muerte.
Ya fenece la vida!!!

ATAJOS


Por un triste camino a cuya vera
solo encontraba espinas inquietantes
anduve una existencia plañidera
con undívagas metas ambulantes.

Yo recorrí veredas de mañana
ungidas del fulgor de un limpio cielo
y una lúgubre noche a mi ventana
llegó la parca y me impregnó su hielo

Me hizo trepidar el crue destino
y en silencio lloré porque moría
mi primera ilusión.
                                Tan solo vino
la soledad a hacerme compañía.

También viví en inhóspidas alturas
donde rugen titánicas pasiones,
se pierden el udor y la cordura
y enloquecen de amor los corazones

Pero un día de invierno y mucho frío
tornóse la pasión en fiel costumbre
y me asaltó la noche del hastío
que me vio descender con pesadumbre

Yo recorrí senderos insipientes
con hondos y letárgicos parajes
henchidos de silencio, indiferentes
al viajero habitual de obscuros trajes

Y una vez en fantásticos idilios
un camino de amor creí encoontrar
pero absorto quedé porque sus lirios
a mi paso solían marchitar

Y así huí, sin amor, ni fe. Sin nada!
escéptico de todo, compungido.
Y era mi alma una sombra ilimitada
ciega del sinsabor de mi gemido.

Pero todo es finito, todo acaba
como acabó mi nada de tinieblas;
un súbito huracán desperdigaba
con estridente y vívida inquietud
mi traslúcido círculo de niebla;
Mi huracán eras tú!

Un vendaval de amores abrevado
que al corazón fatídico y umbrío
volvióle el palpitar apresurado
con ímpetu sagaz de juventud.
Y hacia tí se tornó tu desvarío.
Mi desvarío tú!

Tengo que dar mil gracias a la vida
por haberte encontrado sin  buscarte
pues tú llegaste a mi alma, que vacía,
por la sórdida huella del alud,
un motivo encontró para adorarte.
Y mi motivo tú!

Fuiste respuesta a mi dolor profundo
que entre tu imagen plácida y serena
esántado escapó, yerto y contuso
por tu bello manojo de virtud
que aniquiló mi inescrutable pena.
Mi gran consuelo tú!

Fuiste tú la mujer de mi sentido
que irrumpió en la quietud de mis pasiones
llegó con ansia al corazón herido
y un sol izó de inagotable luz
tornando su congoja en ilusiones.
Mi sentido eres tú!

Fuiste en la calidez de aquellos besos
que con amor virtieron nuestros labios
quien creara aquel tórrido embeleso
con éxtasis, repleto de amplitud,
con ese flujo innato de los sabios.
Y mi embeleso tú!

Tú, mi solaz, mi fe, mi sol, mi abrigo,
mi razón, mi quimera y mi lindero,
hiciste aquel momento que bendigo
cambiando niebla gris por cielo azul
y por eso sabrás cuanto te quiero.
Y mi amor eres tú!

"Amor por tu delicia y tu frecuencia"   P:B:J:

ABRIL

Un día de abril que en la memoria ajena
borróse tenuemente, sin sentido,
vagaba taciturno por la arena
cavisbajo, en silencia, pensativo
así como vagara una sirena
llorando con dolor su amor perdido.

Búsqueda eterna de un feliz augurio
ir sin cesar errante por el mundo
solo en busca de paz y amor sincero,
triste, sin esperanza, gemebundo,
el alma ahogada por el vil tugurio
de la angustia falaz, fiel compañero
de las horas vividas a distancia.
Soledad absoluta e inhumana,
temor por el incierto del mañana,
llanto fugaz de mística fragancia,
añoranza sentida, desvarío
por la mano guiadora de la infancia.

Surca la mente caudaloso río
de terror y de frío.

Yo iba solo y errante. Iba tan solo!
con la herida sangrante que el destino
implacable asestara en el camino
de quien con ambiciones de poeta,
Llorara siempre solo.
¿Es que el mundo olvidó que el Universo
solo tiene un motor omnipotente?
O es que acaso no sabe que su frente
mustia y pálida urdió en la lejanía
para dar por amor un lindo verso?
¿Murió depronto el sentimiento terso
que mueve a perdonar?

                                       En mi cabeza
bullían interrogantes afligidos:
¿Viviré para amar y ser amado?
¿Moriré por amor o solo acaso
latirá el corazón con la certeza
de mudar solitario e ignorado?
Cuán quería saber de la ventura!
Qué amarga confusión! Qué raro trazo
tenían mis caminos desteñidos!

Ese día de abril bajo la lluvia
musitaba famélico a mi oído
el halo de la sombra : Ven conmigo;
tú no hallarás jamás tu amor perdido.
Pero el alma, capricho deambulante,
con reciedumbre efluvia
la encantadora fibra del amante.
Oh el amante sepulto en soledades
de rítmica pasión imaginaria;
león dormido, superficie mansa
de la mar que se agita en lo profundo
mentiras y verdades;
la belleza recóndita en lo inmundo,
el sol helado cuan su rayo abrasa,
desilusión voraz en la esperanza,
inquietud en el alma sedentaria,
riqueza de la nada.
Volcán estéril con sabor a lava,
horrísonos gemidos del silencio,
erótica visión en el asceta,
mirífica ilusión en el poeta,
musa viviente de viviente alivio,
locura crepitante,
ansia loca de culto a la natura,
muerte en vida, el cuerpo yerto y tibio
fláccido por el éxtasis. Rendidas
las fibras del amante.
Por fin rendidas!

Rendidas ante tí mujer divina,
musa de mi poema y mi figura
dueña de mi aventura y de mi vida
mujer bella y altica y orgullosa.
Musa de Olimpo que escapó furtiva
al ojo indiferente de los hombres,
amor sin nombres
Tempestades del alma
Frente adusta y vivaz, llena de calma,
amor inexplorado en tus entrañas,
deseo y miedo que en tu vientre chocan,
tristezas insondables de repente.
- dulce candor en tu memoria evocan
los amores pasados -
Cumbre de luz tu rostro refulgente!
Me amas y me extrañas.
Mitigas a mis labios insaciados
en la divinidad de tu regazo
su sed eterna.
Y en la escalada de tu pecho ardiente
me das tu aliento como fértil lumbre;
plácido ardor que me llevó a su cumbre
lúbrico y jadeante, deslumbrado
por tu mística piel morena y tierna
por tu paisaje universaly alado,
galaxia ineluctable e infinita,
astro solar de amor y de ternura!

Las horas son la lucha por lo eterno
por la veneración de un ser amado.
Mi vida es el respeto de tu invierno
por tí duerme en silencio mi pasado.

PERDÓNAME NEGRA MÍA

Perdóname negra mía
cuando sin querer te ofendo
que hacerlo nunca pretendo,
que me causa la agonía
saberte herida por mi.
Que yo guardo para tí
mi alma y mi cuerpo enteros,
mis ilusiones, mis sueños
que yo no tengo más dueños
que cada vez más te quiero
que me crispa el pensamiento
de pensar en el momento
en el que pueda perderte.
Que sin querer de mis ojos
por el dolor de no verte,
a tí postrado de hinojos
brotan lágrimas tan frías
que hielan el alma mía.
Que te amo con locura
que me llena tu presencia
que me inhibe tu dulzura
que me gusta tu frecuencia!

Perdóname negra mía
si te hiere mi tristeza
si he sido tan frágil presa
de las dudas algún día.
Perdóname si sentí
celos viles al cegarme
que hoy esperaré de tí
solo lo que quieras darme,
que del amor que te he dado
te he pedido demasiado.
Que soy soñador e iluso
sensible al dolor del mundo
que soy solo un vagabundo
idealista y confuso.

Que estoy sumido en visiones
que brotan a borbotones
de mi alma enamorada
que pienso en tí todo el día
que mi noche está adornada
por idilio y fantasías
donde siempre tú apareces
y allí en mi mente te meces
sin apartarte de mi
que vives tanto en mi vida
que ya la tengo fundida 
para vivirla por tí.

Perdóname negra mía
porque mi amor es profundo
porque te llevo prendida
con mi llanto gemebundo,
con mis locuras de infante
con mi sereno y mi calma
con mis iras y tormentos
con las pasiones de mi alma
con mis brisas y mis vientos
con mis tesis y preceptos
con mis juicios y conceptos
con todo mi amor, con todo
lo que a mi vida le atañe
sin excluir de mi el lodo 
que nunca jamás te dañe.
Con el deseo ferviente
que siento en noches aladas,
por tu carne sonrosada,
por el frío de tu frente
y el calor que hay en tu pecho,
y de tu cuerpo el aroma
que con timidez se asoma
cual no tuviera derecho.

Porque te llevo prendida
Perdóname negra mía !

PERDÓN


De entre las fibras locas de mi alma,
con la frente marchita por el yerro,
con la vida infeliz por el destierro,
la sinrazón, la soledad, la angustia
vengo a luchar por encontrar la calma,
por conseguir que mi figura mustia
vuelva a importar al mundo.
                                               Solo quiero
despertar al final de un sueño inmundo
y pedirte perdón ... porque te quiero.

SONETO A NUESTRO FUTURO

Nunca en vano te amé, yo estoy seguro
Nunca nada fue en vano en mi existencia!
Las cosas que cambiara tu presencia
nunca serán en vano ... te lo juro

Si quise un día cegar mi ser impuro
con el propio puñal de mi inconsciencia
fue porque te alejabas y, tu ausencia
se convirtió en mi trágico cianuro

Nunca en vano ser´n mis esperanzas,
mi deseo verdadero de la entrega
mis ilusiones que en la dura brega

con tu ayuda y mi fuerza construiremos.
Tornaremos en pródigas bonanzas
una vida feliz, do tres seremos.

FRUTOS   "A mi hija"

De la nada, del amor y del deseo,
de la sombra y la carne, del silencio,
de la semilla indemne de los huertos,
de la incógnita ansiosa de los cuerpos,
de la turbia alegría de los besos,
de la feraz quimera de los vientos,
de la nada y del todo; de universos
que la mente no abarca en pensamiento;
de algún fugaz instante
que no adviertiera nadie ...
de algún feliz encuentro;
de allá donde confluyen lo simple y lo complejo
de allá en algún abril, con tus matices tiernos
apareciste; grácil, pequeña y en silencio
así como brotara de algún capullo inmenso
la tenue flor de ensueño.

Oh! bella flor de ensueño
milagro sempiterno!
La vida fluye rauda, sin desvelo
como aflora la lluvia en los inviernos
como la solitaria lágrima en mi rostro
asomó sin recato al ver tus ojos
tu frágil cuerpo, tus matices tiernos.

Tú, vida de mi vida flor de ensueño
producto de mi amor y mi deseo,
fértil fruto de fértiles momentos,
fruto dulce de inermes sentimientos.
Tú carne de mi carne, mi embeleso,
feliz retoño de misterio envuelto.
Tú que llevas mis vívidos anhelos
mis locas fantasías
mis firmes ilusiones,
mis versos y mi canto.
Tú que llenas mi alma con nieves y con fuego
se que tendrás el fuego para romper el hielo
y un día en nuestras almas apaciguaás fuegos.

Tú, mi única verdad entre mis cosas ciertas
merecerás mi vida, mi todo insuficiente;
por tí revivirán mis esperanzas muertas;
hacia tí se erguirán como la plama abyecta
mis luchas y razones,
mis complacencias todas
y en un jardín de ensueños impetuosos
de parajes idílicos y bellos
espero verte pronto ... espero verte pronto
flor de ensueño.

HUERTOS
                       "Apoya tu tristeza en mi tristeza
                         que yo mi pena apoyaré en tu pena"      Barba


Me recuerdas?
Soy aquel que creíste amar un día
Soy aquel que te amó con insistencia
Soy aquel que te ama
Soy aquel soplo que a la luz del día
concibiera el calor de ardiente flama
al plácido vergel de tu existencia.
Soy la llama y el soplo, soy tormenta,
soy volván y soy fuego, soy la lumbre
que en veloz cintilar quemó tu entraña
con la semilla que impetuosa baña
el valle misterioso de la vida.

Yo soy aquel que entre la vida cruenta
rueda en deliquio de infeliz factura
Yo soy el amo de la pesadumbre
compensada con trágica locura.

Me escuchas?
Cómo hubiera querido que lo hicieras!
Cómo en los brazos de locuras fieras
pudieras escucharme.
Cuántas sílabas truncas ya marchitas
hubieras comprendido en su materia
Cuántos "te quiero" de mis torvos labios
recordarías en tu piel bendita!

Cuando en momentos de silenios sabios
escuches el latir de tus arterias
escucha allí mi sangre que palpita
con el ímpetu fiero de las olas;
la misma sangre que entre mil corolas
se mezcló con la tuya.

Me sientes?
Llevo en la piel un verso, soy un bardo
que se estremece entre el amor divino
o ante el brotar de candoroso nardo
o ante el beso de un labio purpurino.

Llevo en el alma la postrera huella
de una lágrima hueca y desabrida;
de alguna vieja herida
que marcó para siempre mi destino.
Tengo en los ojos la tristeza austera
de las pupilas trágicas y bellas
que una musa a mi pecho alabastrino
enseñó un día de apacible espera
en que empecé a soñar con ansia inmensa
on algo que jamás en lucha intensa
ha llegado hasta mi.

Me quieres?
No lo se; pero escucho en tus latidos
un extraño vibrar cuando me acerco
mas, advierto en tus ojos
que te llenas de tímidos sonrojos
al presentir mis besos inhibidos
y a mis caricias les tendiste un cerco
que ni mis manos a rozar las tuyas
ya siquiera me atrevo.
Una sombra falaz se ha apoderado
de tu reír y tu mirar fulgentes
causándome un dolor que a solas bebo
de gota a gota entre mi celo ardiente;
mi solo corazón de ha desangrado
en un recinto de estridente bulla.

Quiéreme amor como te estoy queriendo
cree en mi, quiero ser tu fértil huerto
donde cosechas tu mejor momento
hasta el instante mismo que esté muerto.

ESTA NOCHE

 

Esta noche… Esta noche que está llena de murmullos y de cánticos de hadas
Esta noche del estío, de cantigas y sonatas
Toda llena de tinieblas y nostalgia
En que apenas las estrellas tenuemente
Parpadean en el negro de las sombras
-Infinita lejanía tristemente inalcanzable que mustia mira mi alma-
Esta noche de silencio, de mi grito sin palabras
Va llegando como todas tras las horas cadenciosas
Y penetra en mi insosiego sacudiendo allí sus alas
Con un batir lacerante que a mis alas desgarradas
-inconsultas cicatrices invioladas-
Tortura en su inocencia omnipotente.

 Esta noche…
Esta noche de reproches, de dolor, de soledades y de lágrimas
En que apenas las estrellas parpadean…
          Noche larga
De penas y pasión incompartidas.
Solo mi alma, compañera de tristezas y de luchas olvidadas
Conoce de mis íntimos deleites y mis lágrimas.

 Ya se aspira…
Ya se aspira el aire helado de las lluvias musicales encantadas
Ya los cierzos se desplazan en bandadas
Y las sombras son más negras cada vez que el tiempo avanza.
El insomnio me hace presa de sus garras
Y desfilan por mi mente con mil formas las mil caras;
Todas ellas que han pasado por mi sórdida existencia
Todas blancas
Las de ahora, las de ayer, las de la infancia.
Qué será de las que vienen en los días del mañana?
Todas pasan a distancia y se van sin decir nada.
Yo le impetro a cada una de mi angustia la esperanza
Mas… se van sin decir nada
Cuán quisiera penetrar en los sueños de mil caras
Y descifrar su congoja, sus tristezas y sus náuseas
Para que vieran aquellas brotar de mi alma una lágrima
Y partir sin decir nada.

 Esta noche…
Larga noche de murmullos, de reproches, de mil caras dibujadas
En la negra espesura de las sombras
Pienso en alguien…
Pienso en alguien que a mis sueños imposibles
Inspirara de mis éxtasis la altura
De lejanas estrellas encumbradas;
Que un elíxir de amor almibarado
Fugaz, sutil y embriagante me brindara en su ternura.
 
Pienso en ella
Qué locura!
Qué locura! Siempre estoy pensando en élla
Y es que su imagen me abrasa, me encadena y dulcemente me tortura.
Esta noche, toda llena de su imagen, de su risa y su mañana
Quisiera estar a su lado con mi canto y mi guitarra
Y arrullar entre rumores de una dulce serenata
Su soñar plácido y tierno
Y compartir sus ensueños, sus quimeras, sus anhelos
Y estar con ella en sus luchas, sus tragedias y desvelos.
Cómo quisiera abrazarla, juntar su pecho y mi pecho
Y entregarle de mi todo aunque nada me brindara.
Oh quimeras, todas vanas.

Esta noche…
Esta noche toda llena de ilusiones y quimeras, todas vanas
Partiré sin decir nada.
Partiré sin decir nada…


DESDE MI LUCIDEZ

                                      “Y nada más?... Y un poco más” J.A.S. 
Desde mi lucidez hasta mi sueño
Yo recorrí sin ti melancolías
con el alma rendida en su desdeño
viendo pasar sin fin mis horas frías
desde mi lucidez hasta mi sueño

 Desde mi lucidez hasta mi sueño
Contigo van sin fin mis alegrías
Y fluye de tu imagen con empeño
Vehemente sol para mis horas frías
Desde mi lucidez hasta mi sueño

 Desde mi lucidez hasta mi sueño
Recorreré sin ti melancolías
Cuando ya te hayas ido con mi ensueño
Volverán sin cesar mis horas frías
Desde mi lucidez hasta mi sueño.

 MIS VERSOS

 A veces me salen versos
Sin par en melancolía
Y estando aún alegre el día
Conmigo lloran los cierzos
 
A veces con alegría
Mi verso se vuelve canto
Dejando atrás todo el llanto
De aquellas noches tan frías
 
Mis versos, siempre mis versos
En esas noches sin gozo
En mi canto y mi sollozo
De aquellas noches dispersas

 En la luz de medianoche
En las tinieblas del día
En la gran melancolía
Del placer y del derroche 

En la vida y en la muerte
En el mar y las estrellas
En la belleza de aquellas
En que el donaire se vierte 

Mis versos, siempre mis versos
Cuando sueño en las alturas
Que dan sombra a las llanuras
Y a sus paisajes más tersos 

Mis versos, mi mente inquieta
Mi escritura en el silencio
Que ahora mismo sentencio
Pues no llego a ser poeta

 Versos míos que confunden
Verted de mi pensamiento
Para aliviar el momento
De anhelos que me confunden
Producidme sentimientos
Donde alma y cuerpo se funden

 SEPARACIÓN

                  I.

 Voy a intentar convencerme de que ya no te quiero
para ver si así te olvido
O para ver si enloquezco
de dolor…

 Voy a tratar de colgar a mi cuello
Mil amantes futuras
Para ver si así mitigo
Mi pasión…

 Voy a probar a entregarme nuevamente
Al amor y la vida
Con el fin de olvidarte
Sin rencor…

 Yo buscaré por siempre algunos brazos
Que me entreguen caricias
Y me embriaguen de brisas
De calor…

 Resignaré tu amor y tu cariño
Al crepúsculo diario
A un ayer solitario
Que pasó…

 Borraré mis recuerdos amorosos
Al igual que los tristes
Pensaré que no existes
Para mí…

 Forjaré de mis sueños poesías
Sin que allí tu aparezcas
Por olvidar las grescas
Que viví…

 Ya no mendigaré tu amor de otrora
Que me encumbró a la gloria
Porque todo es historia
Para ti…

 Querías liberarte del “te quiero”?
Ansiabas alejarme de tu vida?
Deseabas riquezas y poderes?
Ya me alejo de ti mujer altiva
La ruta encontrarás de lo que quieres
Yo solo pude darte ese “te quiero”
Y partí…

                         II

Engendré lo mejor de mi cosecha
Con el sentir profundo de un alma enamorada
Y un hada…
Un hada milagrosa y feliz y fulgurante y tierna
Me brindó complacencias ardorosas. 

De un numen sempiterno, de mi estrella de Oriente
O de Olimpo talvez
Llegó el retoño de mi sombra un día
Colmando mi corazón de una fiera alegría
Oh! Alegría
Oh! Razón de mi vida
Qué lejos te hallarás de mis latidos;
Qué inclemente preséntase tu ausencia
Cómo hubiera anhelado tu presencia
Para cada momento…
Como ayer.

Pero así porque somos los mayores, obstinados y necios
Porque somos mil vicios de los años
Consecuencias del pasado y del presente cautivos,
Solo veré tu rostro con la frecuencia incierta
Que las malditas leyes nos dicten al arbitrio.
Nunca podré tu sitio
Escudriñas con celo.
Nunca veré tu llanto ni miraré tus hechos
Ni podré ser feliz con tu risa y tu canto, ni con tus embelecos
Ni lloraré tus lágrimas, ni enjugaré tu rostro
Ni calmaré tus dolores
Ni aliviaré los golpes de tu precioso cuerpo
Porque así somos los mayores: obstinados y necios.
Más, te veré un buen día, muy pronto, te prometo
Y exigiré el derecho que ms usurparon otros
Jamás renunciaré a tu amor
Jamás desecharé mi deber consagrado
Y te amaré por siempre aunque les duela a muchos
Porque ya fueron muchos los que me hicieron daño
Y ya hicieron de mí, un obstinado y necio.

DESAZÓN

 Hay un desasosiego inmortal en mi silencio
Una locura incierta de inciertas condiciones
Hay una consecuencia de truncas desazones
Y hay un dolor acerbo y un padecer inmenso.
 
Yo sé que fui tu noche sin luna y sin luceros
Yo sé que fui tu día sin sol ni firmamento
Pero yo se también que en todos mis momentos
Vas prendida de mi porque yo así lo quiero
 
Que a aquél fruto tan fértil de mi semilla fértil
Le daré solo el fruto de mi mejor figura
Que no quiero heredarle mi dolo y mi amargura
Que volveré a su lado cuando se torne fuerte
 
Porque con la vergüenza sentida que me encierra
En un claustro fatal de angustia cruel e inerte
Por un gollete busco tan solo para verte
Todo confín posible y visible de la tierra
 
Más, no retornaré ni llamaré a tu puerta;
Mi pobre condición me inhibirá buscarte
Hasta hallar la certeza de poder conquistarte
O estar listo a volver con la esperanza muerta.
 
SOLO VERSOS
 
Solo versos… Solo versos
Y expresarte mi amor en este día,
Me ha permitido sórdida la vida
Plasmar de mis desdichas y mis dichas;
Para cantar de nuevo a los abriles
Que seguirán marcando mi existencia
Y es que hay uno especial que en mis entrañas
Bulle aún con incógnitos latidos
Un abril que con tal magnificencia
Te arrojó entre nosotros;
 
De un amor que en entonces afligido
Por conflictos tan raros e insolubles
Como lo ha dicho el tiempo inexorable,
Irrumpes como lúcido destello
Como brotan las rosas entre espinas
Del día más feliz, más esperado
Que me entregó el motivo de mi vida;
El más grande, el más dulce, el más sentido
La razón con razón, la luz intensa
Cenit de sol que a todos alimenta
Fuente vivaz que a todos nos embriaga
Bello vergel que a todos extasía
Vía adusta que a todos nos conlleva
-momento hermoso donde yo no estoy-
 
Oh! Abril aquel feliz y fulgurante
Oh! Abril de hoy de mi naufragio entero
En que todo lo malo me ha pasado
Que ni siquiera tu presencia puedo
Aspirar su disfrute algún momento
Porque hay tan diversos sentimientos
De aquellos que gobiernan tu destino
Contra mi…
… Y la vida se puso de su lado
 
Pero yo se luchar y venceré
Ese robusto engendro de perfidias
Que ha estropeado siempre nuestro encuentro
Y en este abril celebro tu onomásticoy
Tiritándome el alma por el frío
Atormentada mi feraz memoria
Y llorando uno a uno tus recuerdos
Balbuciendo mis labios tonterías
Y escuchando en respuesta tu sonrisa
Inventándole al aire mil caricias
Imaginando juegos con tu pelo
Corriendo tras de ti y tu riendo
Reiterándote amor todos mis años
Y en la certeza de que ya muy pronto
Te daré mucho más de lo que hoy puedo.
Este abril te bendigo nena mía
Deseándote el bien toda tu vida
Se que serás feliz y realizada
Y que tendrás amor por donde vayas
Por ello lucharé con mis agallas
Para matar ausencias ya pasadas.
Brindo por ti y por tu mañana cierto
Momento hermoso en el que yo estaré
 
CORAZONES
 
Has de saber que en mi vagar nocturno
Añoro estar contigo y me confunde
Un estremecimiento taciturno
Que en un fondo de vértigo se hunde
Bajo el presentimiento de que el turno
Ha llegado de nuevo a mis quimeras,
Anhelos e ilusiones pasajeras
Y ya no quieres verme en tus laderas.
 
Yo se del corazón cuando se ufana
De tener mil amores y desecha
Y abandona el presenta cuando gana
La batalla al pasado que le asecha
 
Pero yo se también de corazones
Cuyas razones y verdad proclaman
Sin ardides, insidias ni pasiones
Y nunca huyen si el querer les llama
 
UNIVERSOS
 
Una galaxia magna, ineluctable
Transcurre por mi mente.
Mil galaxias, millones de galaxias
Transcurren por la mente imaginaria
De un ser imaginario e infinito.
Soles y estrellas, astros y planetas,
Asteroides y lunas, meteoros,
Quásares y pulsares, pozos negros
Polvo cósmico gases y satélites,
Cometas candescentes, nubes incandescentes,
Materia obscura indescifrable
Nebulosas, vacío, espacio, … nada¡
La nada misteriosa, tremebunda
Un no existir que a todos desconcierta
Un no ser que mi mente no concreta
Un morir que no tuvo nacimiento
Un sentir de la ausencia
Un infinito que sin juez avanza
Un amor sin amor
Una vida sin vida
Un no sé!
 
Así tiene que ser para que quepa
Todo lo imaginario y lo creado,
Todo aquello que existe, sobrevive,
Lo que muere sin fin,
Toda estrella y su luz y la tiniebla
Y este raro sentir de mi existencia.

 

MARGARITA
 

Flor temprana de sol que mi existir entibias
Y reflejas la luz en tu belleza austera
Sabrás que descubrí por vez primera
En ti, el divino elíxir que mi penar alivia
 
Flor de noche fugaz que a mis ardores sacia
La sempiterna sed que a mi vivir devora
Y en místico soñar hasta la aurora
Te envuelves en el manto encantado de tu gracia
 
Flor de vida sonriente, vivaz, altiva y bella
Sentimiento perenne que me mantiene inmerso
Flor que endulza mi noche, flor que inspira mi día…
 
Flor de amor y de celo, figura que destella,
Que extrae de mi entraña mi palabra y mi verso
Y enciende mi esperanza en mi trágica agonía.
 
TE AMO
                            “Yo te amo con fe y sin condiciones”

Te amo desde siempre, para siempre;

Te amo desde el tiempo
Desde mi lírica memoria absorta
En la contemplación de tu hermosura.
Te amo sin ardides ni artimañas
Sin egoísmo, posesión ni engaño;
Te mo porque tu olvido fue inducido
Por desamor consciente y pervertido
Sin advertir tu daño.
Te amo en el silencio de mis horas
En el destello de un lucero vago,
En la aurora naciente y en las olas
Y en el sol y en la selva misteriosa
Y en el centro del mundo y en la rosa
Y en el místico abrir de los caminos
Y en el fin y el confín.
-persiste en el prodigio de tu alma
La omnipresencia de mi amor alado-
 
Amor es la más simple y la más bella
Consecuencia de bien al alma impreso
Desde el instante que un divino beso
Da luz y vida a la naciente estrella
 
Amor por la natura y por a vida
Amor por el amor y la frecuencia
Por el placer y la pasión sentida
Amor que crece cuan creció la ausencia!
 
Ama sencillamente, sin recelo
Sin temor, sin dolor, sin reticencia
Da amor sin fin y en tu feliz anhelo
Hazlo crecer como creció la ausencia.
 
QUÉ LE HA PASADO AL AMOR?
 
Qué le ha pasado al amor
Que no deja ver su cara
A mi trémula mirada
Ni a mi tibio corazón?
 
Qué ha sido de aquellos besos
En los labios temblorosos
Que en los cuerpos trepidantes
Salían del corazón?
 
Qué se han hecho los silencios
Adornados con miradas
Con caricias encantadas
Que inundaban de pasión?
 
Qué fue del fugaz enojo
Que trajo leves heridas
Pronto sanadas empero
Por la reconciliación?
 
Do fue del amor su cara
Que ha escapado a mi mirada
Y a mi tibio corazón?
Qué le ha pasado al amor?
Qué de a fiel persistencia
Cultivada en la frecuencia
Intacta en horas de ausencia
Que aumenta con el dolor?
 
Qué del dulce sufrimiento
De partidas pasajeras
Que en recompensa postrera
Se premia con más amor?
 
Qué le ha pasado al amor
Que siendo fuerte y eterno
Ha deparado al infierno
De la cruel separación?
 
Ah! Mi tibio corazón
Ah! Mi trémula mirada
Volveréis a ver su cara?
Qué le ha pasado al amor?
 
MI SEGUNDA MADRE

                                                           (A ESTHER)

Mujer que a mi infortunio has ofrecido
Con grácil y sutil inteligencia
De un amor que le falta a mi existencia
Tu amor, sin de tu entraña haber nacido
 
Madre, tú que en mis horas de inclemencia
Mi dolor y mi sed has comprendido
Con tu cariño entero has adquirido
Un amor más de hijo en tu consciencia.
 
Amor de siempre en corazones y almas
Tu, esbelta y femenina como palma
Serás la madre de este hijo incierto
 
Porque estás en las horas de mi huerto
Irradiando solaz y paz y calma
Después de que mi madre hubiera muerto.
 
 
LLUEVE
 
Llueve…
La tormenta arrecia
Un relámpago agita el infinito
Las nubes, achicando la vista del espacio
Descargan con furia loca el llanto eterno del cielo;
Mil arroyos caudalosos modifican cosas, tierras, mares suelos
Y trastocan el estado de las almas solitarias.
Llueve…
Soy un alma solitaria trastocada por arroyos
Caudalosos, cenagueros, que anegaron con fiereza mis desiertos
Y recónditos oasis invadieron mis arenas
Y detritus de los montes naufragaron en mis mares
Y mis valles se poblaron de espesura;
Sin embargo, soy un alma solitaria
Que con ansia y furia loca descarga llanto en sus suelos.
Las nubes, limitando el infinito,
Achicando la vista del espacio
Solo lanzan relámpagos de esperanza o de muerte
Huracanes del alma como choques de vientos encontrados
Solo míos. Nadie advierte
De mis íntimos senderos las horribles tempestades.
La tormenta arrecia.
Llueve…
 
CUÁNTO ME GUSTAS
 
Cómo he temblado al besarte!
Cómo mis labios helados
Al intentar conquistarte
Hierven de sed, abrasados
Por los contornos alados
De tu cuerpo enamorado.
Cómo me turba mirarte!
Cuán me estremezco al pensarte!
Cómo mi voz resquebraja
Cuando te digo en voz baja
Cuánto me gustas, que quiero
Ser el éxtasis que encaja
En tus íntimos deseos;
Ser tu sueño postrimero
Brindarte sin devaneos
Entre sensuales flirteos
Mi amor y mi cuerpo enteros.
Cuán se hielan mis entrañas
Cuando tu piel se me acerca
Cómo mi cuerpo se baña
De tu pasión en su alberca
Cuánto me gustas! Qué extrañas
Las circunstancias tan tercas
Que al hilar sus telarañas

Nos tienen otra vez cerca.


MICROCUENTO:

CAFÉ AMARGO:

La zozobra era abrumadora. El miedo invadió todos los circuitos de su ser, los intuitivos, instintivos y racionales al enterarse que tenía el virus mortal, su cerebro quedó en blanco, petrificado, inmóvil e impotente, recordó que hace apenas dos horas estaba desayunando con su esposa y su hijo de poco más de tres años. Los contagié… se afirmaba ó se preguntaba? Sin pensar nada ingresó al café de la esquina y como un autómata pidió su tinto oscuro, negro como sus perspectivas, amargo como el sentir actual de su alma. Que debo hacer a partir de ya? Moriré? Morirán? Sobreviviré? Y ellos? A medida que derrapaban inciertos pensamientos, preguntas y dudas por su nublada razón, se apoderaba de su interior un terror antes desconocido, la incertidumbre agobiaba su juicio, la desazón desancajaba su expresión, sus dientes rechinaban y  una gran lágrima cayó dentro de su café para amargarlo aún más.

ZARITZEN: LA ZARZA ARDIENTE

 Fue ya entrando la penumbra de una tarde veraniega a finales de los años cincuenta, cuando Jorge tuvo su primer avistamiento, mientras laboraba en una pequeña parcela a 30 minutos de su pueblo. La distancia era cubierta a pie o a lomo de mula o caballo, por un camino empinado que ascendía a unos 2.300 metros sobre el nivel del mar. El clima era frío y a pesar del verano, las noches heladas y llenas de misterio. Jorge era un sencillo labriego de pocos pergaminos académicos, pero letrado por su cuenta; a la luz de la titilante esperma devoró los libros clásicos de la literatura universal desde Homero hasta Cervantes, de Cicerón a Dante, de las memorias germánicas a Shakespeare, los clásicos franceses de la pre y postrevolución; los tratados fundadores del Socialismo a finales del siglo XIX de Engels a Marx y masculló con avidez las letras colombianas en especial las obras prohibidas de Vargas Vil y todos los poetas. De allí tuvo lindos hilos de inspiración y muy sentidos versos:

                                               “Ay quien pudiera

                                               Por un instante siquiera

                                               Volver a su niñez

                                               Para poder mirarte madre mía

                                               Al borde de mi cuna… otra vez”

 Sin embargono alcanzó a disfrutar en su magnitud el talento de García Márquez, Vargas Llosa, Neruda, Carpentier, Borges, entre los mejores de América, pues ya sus múltiples frustraciones económicas lo condujeron a la bohemia y a cambiar su profesión por la de artesano de los hilos y las telas. La sastrería lo alejó de los libros.

La luna dudaba en aparecer; los nubarrones la ocultaban o se mimetizaban ambos en su tono gris. Los vientos soplaban desde las montañas levemente y mecían con placidez los cúmulos; la ocutaban y descubrían … la ocultaban … la descubrían …

Se veía en su cuarto creciente. Parecíale a Jorge un astro extraño, el más cercano, el más adorado de loos astros de la noche durante toda la historia humana conocida y ahora opuesta al poniente solar. Sin ponerse totalmente el Sol, rey de Luz y soberano del día, vislumbró Jorge dos astros al tiempo, casi del mismo tamaño en la perspectiva, pero uno más cercano, móvil, tangible, sin manchas, de silueta completa y extraña y acercándose al terruño, girando velozmente sobre sí mismo.

En un principio Jorge sintió la curiosidad que se le prodiga a lo inusual, luego tuvo el temor que se siente por lo desconocido y finalmente presintió el pavor que se experimenta ante lo inimaginable. A medida que se acercó a él, emanaba una oscilación de colores contra la tenue luz del ocaso, que iban desde el plata brillante hasta el púrpura incandescente. Se detuvo en el aire como si pendiera de unos hilos invisibles prendidos de algún lugar del infinito, luego repentinamente afloró de su centro como un pié cilíndrico de luz dorada que lentamente se posó en el incipiente camino cubierto aún de hierba que semejaba una pequeña falla del suelo invadida con el tiempo por el verde de la pradera. Las piedras saltaron, los pastos parecían arder sin consumirse, mientras Jorge, petrificado, no atinaba a decidir si huir, acercarse, orar, reir, llorar o pensar.

Sin embargo aquella visión alucinante lo sumergió en hondas cavilaciones, las cuales lo llevaron al paraje de las Escriturasen el que “Yavé” se manifestó por vez primera a Moisés quien escuchando su voz que le instruía descalzar sus sandalias porque “el suelo que pisas es santo”, se postró de hinojos y avistó la zarza inconcebible. Absorto en sus pensamientos trató de recobrar su realidad, pero al regresar al mundo de los sentidos descubrió, no con menos terror, que la otra luna ya no estaba; se evaporó, se fue, desapareció de súbito como si la hubiera tragado la sombra que ya cuajaba en el firmamento. Aturdido, cansado y sombrío, caminó sin tumbo hasta que su instintole hizo tropezar con la casa, a la que entró sin ruidos, se recostó en el camastro y desconociendo el tiempo se hundió en un falso sueño que le hacía dubitar a cerca de lo visto, o lo imaginado…???

Pero ese pseudosueño fue interrumpido de pronto por el tintinear del aluminio sobre el esmalte que remedaba el campanario de la Iglesia en la lejanía; era la nutritiva comida compuesta por fríjoles con chicharrón, arroz, plátano frito, mazamorra, panela. Se le vinieron a la memoria el “maná” que disfrutó el pueblo de Moisés en el éxodo y la sombra de otra luna móvil que los guiaba. Comió. Su somnolencia no le dejó comprobar como siempre, si su plato estaba vacío o si algo había quedado para alguien a quien su inconsciente pretendía invitar a compartir. Su esposa era una de esas mujeres dóciles y frágiles y todos los calificativos esdrújulos que quepan, menos estériles. Una bella mujer que contaba 23 años de edad y esperaba un hijo altamente anhelado por ambos.

Contaba él treinta y tres años, la granja según los geólogos unos dos mil quinientos millones. Cuántas cosas habrían podido suceder en esta aldea durante todos sus años de existencia? Sin embargo, no se conocen habitantes de esta tierra sino desde doscientos años atrás; contaba don Efrén Rivera que llegó al filo de este monte a sembrar tenazmente y de la siembra subsistió hasta el día que se llenó su granero de forma tal que los bichos, insectos, roedores y predadores que merodeaban en gran cantidad el lugar, menguaban sus reservas, por lo cual decidió cargar su mulada con lo rescatable, además de sus pocos corotos y emprendió camino al pueblo donde vendió sus excedentes. Así se enriqueció, a pesar que regalaba al que no tenía con qué comprarle. Efrén fue un buen hombre. Pero contó también que solo conoció unos vecinos que vivían a mayor altura en La Estrella y que cultivaban papa hacía más de 150 años de generación en generación. La historia de tribus aborígenes o ancestros no se conoce.

Jorge se levantó temprano, inquieto, pidió agua caliente para asear sus pies y luego en el lavadero lavó su cara con agua fría, recogida a través de cañerías de guadua que bajaban de nacimientos que se hallaban en la montaña boscosa. Era un brote de vida y agua que de pronto emergía de las entrañas de la tierra poblada de adustos árboles y luengos bejucos, de extraños hongos y matas de monte de tallos delgados y verdes y de inmensas hojas igualmente verdes.

Jorge tomó pensativo el camino del potrero y en tanto pensaba, algo le decía que su experiencia se repetiría. El aceptaba temeroso mientras su reloj cerebral le revelaba que eran las 6:30, 6:40, 6:50. Su semetera era próspera, sus vacas prolíficas, sus bestias guapas y su burro un completo burro.

Trabajó arduamente bajo un ardiente sol que le golpeaba sus amorenadas espaldas hasta la hora de su “algo” (entremés generalmente compuesto por chocolate o café con leche acompañado por una deliciosa arepa con mantequilla y una generosa rebanadade queso) o medias nueves que a varios peones les gariteó (palabra paisa que no existe en mi diccionario con este significado: llevar las comidas a sus compañeros de trabajo) otro peón, Godofredo. Fue entonces, tomando su algo, cuando apareció a lo lejosalgo con forma de plato volador y giratorio que lentamente se acercó a los dos labriegos. Era Godofredo un hombre iletrado pues nunca asistió a la escuela, no sabía escribir ni leer, y sumaba con sus dedos, tenía la inocencia senil de los antiguos campesinos solo sabían servir y obedecer, que ironía, a cambio de su comida, un techo y las sobras de sus viejas vestiduras, dispensaban todos los días de su vida a servirle a un supuesto patrón que se aprovechaba de su condición para hacer de él algo así como su esclavo. Al ver esa imagen surrealista, despavorido tomó el rumbo por donde llegó y desapareció entre el maizal; Jorge, impávido siguió con su miradael sutil desplazamiento de aquel platilloque paulatinamente redujo su velocidad a cero hasta parar a unos treinta metros del inerme espectador. Su ego le ordenaba que no debía escapar; su consciencia le insinuaba peligro; su recuerdo lo impulsaba a comprobar; su fe le impedía huir y su cuerpo se negaba a obedecer la sugerencia de su mente de escapar; su ego, su consciencia, su recuerdo, su temor, su fe y finalmente su cuerpo y su mente quedaron estupefactos cuando un extraño ser de unos 160 centímetros de altura con forma humanoide y envuelto en un traje de color metálico bajó del platilloa través del pié cilíndrico como de luz dorada como el fuego, que hizo saltar las piedrillas del lugar y arder los pastos sin consumirlos y sin hablarle le dijo:

 -   No tengas temor, somos tus amigos

Entonces recordó cuando el profeta Eliseo describió un carro de fuego del cual descendieron unos ángeles de Yavé que lo invitaron a la carroza y lo llevaron a visitar los hombres que El había puesto en la otra faz de la tierra y tenían una comunidad armónica en unas raras montañas repletas de exótica vegetación desconocida en entonces; trataba de recordar algo más, cuando el visitante le asió sutilmente por el brazo y lo condujo a su nave. Jorge sintió el fuego abrasador de la ternura y la fuerza incontrolable del Imperio. Subieron a la nve a través de la proyección dorada que emanaba de su centro como en un ascensor sin techo, ni piso, ni paredes, sin modular palabra y supo Jorge que su pensamiento pleno era percibido por aquel ser extraordinario de grandes ojos negros, sin cabello, sin pabellones auriculares y de mirada un poco triste; se preguntó por qué podría experimentar tristeza y repercutió en su cráneo con voz ce mujer una respuesta simple: “Por Ustedes”, entonces dio comienzo a un diálogo sin voces con aquel ser  que duró una corta eternidad.

Entre tanto Godofredo arrivó a la casa en una carrera maratónica, cortado por todas partesen sus brazos por los brazos del maizal, jadeante, sin pronuncia y con un sollozo ahogado en lo profundo de su garganta; Cecilia preguntaba impaciente al peón sobre su pánico y este solo atinaba a señalar hacia el sembradío por lo que Cecilia imaginó de inmediato lo peor:

 -         Jorge!!!, está herido?, lo atacó una fiera? se rodó por la loma? Lo mordió una culebra? Lo pateó un caballo? Está muerto?

 Pero Godofredo instintivamente negó con la cabeza y señaló al cielo

-         Ah! Le cayó un rayo? Increpó Cecilia, ¿se le desgajó un árbol encima? Lo atrapó un derrumbe o una piedra o que? 
-         Nooooooo –replicó Godofredo aún entre jadeos- Una cosa rara había en el cielo
-        Qué cosa?
-         Una cosa volando llegó y se nos venía encima. 

Jorge, serenamente, sin hablar preguntó al ser con aparente voz de mujer su nombre. Ella dentro de la nave ya se había despojado misteriosamente del traje color metálico y se acentuaban sus ojos de mirada penetrante color negro profundo, sin cabello y mirada triste

 -         Cómo te llamas? Preguntó Jorge
-         Zaritzen
-         De dónde eres? Replicó Jorge
-         Conoces la galaxia?
-         No muy bien, contestó Jorge
-         Del planeta Xindrem, constelación de Orión como Ustedes la llaman
-         Eres extraterrestre? Preguntó Jorge con notorio asombro
-         Si, mi planeta está en un sistema de siete estrellas
-         Cómo llegaste hasta aquí en este plato?
-         La nave es solo un vehículo que nos protege, pues por orden de nuestra mente transporta esta materia que es la misma que tienes tú, que tiene mi platillo, tu plato, la tierra, Xindrem, la tierra, todo el Universo

Y fue así como comenzó el diálogo sin voces que duró una pequeña “eternidad” en el cual abordaron el tema de lo fundamental: El Tiempo, El Universo y El Espacio, infinita Trinidad omnisciente, omnipotente,omipresente y todos los OMNI posibles revelados por aquel extraño tripulante de ese OVNI.

Jorge quedó deslumbrado, omnubilado por un corto lapso, como si hubiera comprendido algo que toda la vida había pasado tratando de entender. Su mente quedó en blanco, extasiada, alelada, asustada, vacía, limpia.

De pronto volvió en sí –o a este mundo- cuando un gran tropel se acercaba, eran Cecilia, Godofredo y otros dos trabajadores de la finca quienes gritaban: Jorge! Jorge! Qué pasa? Está bien? Que le ha sucedido? Cecilia incrédula, lo tocaba, lo abrazaba, lo palpaba, lo sacudía. Nada, dijo Jorge con asombrosa pasmosidad. Se hallaba sentado sobre una piedra, mirando fijamente un punto indeterminado con su plato vacío pendiendo de su mano izquierda (mismo que había llevado a la nave de Zaritzen y quizá compartido). Su mujer le ordenó a los demás regresar a la labranza mientras con extrema compasión acariciaba el negro cabello de Jorge quien se abrazó a su regazo con deseos de llorar, de reir, de gritar, de callar, ni él mismo sabía; bullía en su cabeza una terrible confusión pues no se atrevía a pronunciar palabra por temor a ser tratado de loco y, ni él mismo estaba seguro de lo contrario; no daba crédito a su recuerdo.

-         Quieres caminar? Preguntó Cecilia

Como un autómata Jorge se dejó tomar por el brazo, dejó caer su plato y pensó en ir por un buen rato al centro de ninguna parte. Se dirigieron por el camino que bordeaba la sementera uno junto al otro, sin hablar, sin mirarse, sintiendo solamente su mutuo contacto, amándose. Llegaron a un lejano paraje y se tendieron lentamente sobre la grama, se amaron como nunca, con la intensidad con la que el sol abrasa las arenas del desierto; con el ardor de la sal sobre la herida; con la pasión de la primera vez. Sin embargo en el clímax de su placer Jorge lloró caudalosamente sobre el hombro de su mujer. Ella también lloró. Parecía como si lloviera torrencialmente sobre el océano.

-         Que pasó? Preguntó Cecilia secándose el rostro
-         Tuve un vivaz sueño con la zarza ardiente…

Los días siguientes transcurrieron en los más hondos desasosiegos, los más hondos temores, las más hondas pesadillas, las más horribles vivencias, tanto que una noche luego de cenar y en presencia de Mamá Rosario, la madre de Jorge, con la cual encoraban noche a noche el rosario a la Virgen María, escucharon un lastimero gemido a lo lejos que les inquietó; en tanto rezaban la reconciliadora oración, aquel gemido desgarrador pareció más cerca y retumbó en la concavidad de la montaña con espantoso eco. Presas del susto, se hincaron con más fervor pidiendo al Todopoderoso que no los fuera a castigar con incendios, ni terremotos, ni diluvios, ni exterminaciones, ni pestes, ni quien sabe cuantas cosas más en una larga y elocuente oración. Empero la lúgubre voz tembló de nuevo en el oscuro paisaje: Aaaaay!!! Jorge tomó inmediatamente su sombrero y su machete para salir al patio donde sintió más cerca ese ruido que a más de un aullido parecía un lamento en voz alta, altísima. Debe ser Aldemar que se emborrachó –pensó Jorge-. Aldemar hermano de Ceciliaquien tenía algo más de veinte años, bebía en exceso y subía a pasar su beodez en la finca cuando no le abrían la puerta en la casa del pueblo, un pequeñocastigo de sus padres por sus desafueros. Jorge se acercó sigilosamente a una plata de fique que colindaba el patio-corral con el potrero, seguro que allí podría estar más atendo y resguardado, cuando de las entrañas del fique se escuchó ese pavoroso aullido-lamento: Aaaaaaaaaay! Que lo hizo saltar de un solo bote hasta la casa donde al verle totalmente pálido, el cabello erizado, sin sombrero, los ojos desorbitados, las mandíbulas desencajadas, los labios entreabiertos y de indecible color púrpura, el cuerpo tieso y el machete en su contra, solo atinó Rosario a exclamar: ¡Dios nos salve y María Santísima! Padre nuestro que estás en los cielos… rezaban aún a la hora del alba y se dispusieron al ordeño.

Pronto, Jorge y Cecilia debieron radicarse en el pueblo pues la pesadilla era continua hasta el punto de enfermar. Allí se dedicó a la arriería desde Montebonito hacia Mesones en el norte del Tolima y eventualmente hasta Manizales; fue en este oficio y en esos destinos donde Jorge más tiempo dedicó a sus amados libros y se encariñó con ellos hasta cansar sus ojos bajo la luz de las velas de cebo.

Pero todo no terminaría allí. Una mañana, muy temprano, al mando de doce mulas, cruzó el puente sobre el río Perrillo para requintar la carga, pues el camino se tornaba ascendente, pero la mulada se portaba necia, briosa y asustadiza como si presintieran un raro acontecimiento o una rara presencia y en el ir y venir y tratar de reunirlas, ocurrió la visión fantasmagórica de Zaritzen que parecía imposible, en lo profuindo del gran cañón de este río verde; pro ahí estaba su nave, su majestuosa nave suspendida sobre el cañón de este su río Perrillo. Jorge había leído algo ya sobre Orión, la gran constelación de la cual provenía Zaritzen y sus compañeros de aventura.

Los peces del río resucitaron. Las mulas fenecieron, la selva se convirtió en un oasis; Jorge dejó brotar de sus negros ojos unas negras gotas de llanto. El cielo no se veía bajo el esplendor de aquel plato volador cuyo ruido era muy tenue y agudo, como si no fuera hecho para los hombres, apenas se escuchaba su tintinear en medio del bullir del verde río. En los Andes no hay ríos negros como en las selvas del Orinoco o el Amazonas, solo ríos verdes en las altas montañas como el Perrillo en este sitio o el guarinoso Guarinó al otro lado de la montaña donde se desgrana su caudal completamente para generar un río café hasta el Magdalena y luego hasta el Atlántico. El verde se debe a la clorofila sobrante de los árboles que hacen una ceremoniosa deposición a través de las raíces enclavadas en el raudal y cerca de él.

Zaritzen dijo que los vegetales y animales existen en otros mundos con un alto grado de desarrollo en sensibilidad y pensamiento. Recordó entonces Jorge la enseñanza védica de no matar a los animales, pues ellos son una de las formas más avanzadas de las 8 millones cuatrocientas mil reencarnaciones del espíritu en su caminar hacia Dios (quien se reencarnó a propósito en un hombre hindú: Caitanya llamado de adición Mahaprabhu). Los vegetales son menos susceptibles por obvias razones.

Zaritzen le invitó  su nave, pero Jorge rehusó porque no quería dejar sus mulas fenecidas, solas. Sin embargo ascendió por el pie de luz dorada bajo cuyo influjo saltaban las piedrillas y ardía la zarza sin consumirse, sufrió como siempre una especie de desinfección en una pequeña aula donde permaneció solitario un momento sin tiempo. La puerta de algún punto cardinal se abrió para darle paso a un pasaje dentro del cual caminó sin andar. Solo sintió llegar a una especie de habitáculo donde se encontraban tres extraños personajes con investidura humana y cada uno lo saludó como los indígenas americanos, levantando su mano y enseñando su palma derecha; le invitaron a sentarse en algo que se asemejaba una alfombra alrededor de una mesa pequeñay redonda que parecía de un novedoso mármol transparente, sobre la cual giraba un cristal en forma de pirámide cuyo principal componente era el cuarzo que en la tierra lo usamos para medir el tiempo y “nosotros lo usamos para viajar por El” según Zaritzen. Todo era austero; las ropas, las salas, las mesas. Buscó Jorge sin cesar con su mirar alucinado los botones, los controles o los mandos de un gigantesco motor, pero no hallaba sino unas blancas e iluminadas paredes sin fuente energética aparente.

Alguien le habló sin modular. “Tu eres Jorge”. Y él miró fijo a unos ojos grises encima de los cuales halló una frente adusta y un cabello rubiáceo; inquirió por ellos pero la respuesta fue un incesante y doloroso vacío en la mente. El silencio era el mejor medio de comunicación que practicaban. Entonces recordó el comprensivo silencio de Cecilia.

 Cuando recobró su consciencia arreaba sus fenecidas mulas cerca de Mesones.

Su regreso fue un Via-crucis y su final, su crucifixión, fue su pueblo cuya gente ni siquiera conocía los carros para poder entender historias de extraterrestres y de naves voladoras.

Eran algo así como las cinco de la tarde cuando regresó a casa luego de haber descargado, desenjalmado y encorralado sus mulas en el potrero. Cecilia lo esperaba con un manjar compuesto de caldo de hígado, fríjoles, arroz, chicharrón, agua de panela y comprensión. Jorge se bañó y se dejó llevar por un deseo incontrolable de hacerle el amor al Universo, pues su Universo era Cecilia.

Lloraron abundantemente, volvió a llover torrencialmente sobre el Océano. Supo Cecilia que Jorge había tenido de nuevo pesadillas en la Zarza ardiente.

 
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